Bramaderos, una mañana subiendo cerros



Iniciando la ascención al Cerro Bramaderos
De nuevo al amparo de una nueva salida del club Ruta de los Cerros de Paltas disfrutamos otra aventura subiendo los cerros de Bramaderos y Pedernales, ya en la parroquia de Guachanamá, una zona de la que habíamos oído mucho, sobre todo leyendas, pero no encontrábamos la oportunidad de visitar.

Desde Catacocha y en apenas 25 minutos en carro llegamos a la puerta de entrada de la parroquia Guachanamá desde la vía a Macará, donde comenzamos una caminata que se convertiría en bastante exigente subiendo el primero cerro.
El Bramaderos nos esperaba con una pendiente bastante pronunciada en algunos sectores y con su abrumadora vegetación de invierno propia del bosque seco, donde predomina el faique, la moshquera, los grandes ceibos y la pasalla.

Cuevas de "oro"
Bajando este primer cerro nos sorprendió una de las cuevas, que según nos dicen los moradores, se excavaron con la esperanza de encontrar oro, pero después de vario tiempo investigando no se encontró, por lo que una de las leyendas que nos llegó se hace de manifiesto. 
El "duende" que habita estas cuevas reía por la búsqueda infatigable sabiendo que no lo encontrarían, algo que confirman los moradores de la zona como antigua leyenda, aseverando que sí hay oro dentro de la montaña. Por si hay alguna duda, tampoco lo encontramos...

Pasando por la población de Bramaderos -nombre puesto por los bramidos de los cerros antes de un movimiento telúrico según cuentan los propios habitantes- su pequeña y acogedora plaza de la iglesia nos da el paso hacia el sendero que nos lleva hacia el pico Pedernales.





Una subida de lo mas exigente sólo para piernas preparadas y buen fondo físico, a la cual algunos de nosotros desistimos por la dureza después de estar recién recuperándonos del primer desnivel afrontado a primeras horas de la mañana.

Una exquisita sopa nos prepararon los moradores de la zona para "sacar el calor de dentro" y la soberana fritada -típica de nuestra zona- para recuperar las fuerzas perdidas durante una de las caminatas mas duras que hemos hecho desde que comenzamos a realizarlas a mediados del año pasado.

Culminando la cima del pico Pedernales

Otra ruta donde el paisaje se convierte en abrumador y las sorpresas vienen unas con otras. A riesgo de hacerme muy repetitivo tengo que reiterar que caminar por esta zona con el actual clima de invierno es un privilegio. La vegetación, los colores, el ambiente, los olores... un verdadero placer.



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