Ese cuento no me lo trago



Cuando decides vivir fuera de tu entorno y tus costumbres lo primero es la mentalización para adaptarte e integrarte a las situaciones que puedes ver diferentes o extrañas a tu forma de actuar o pensar. Eso lo tenía muy claro cuando decidí cambiar mi vida, y creo que en el tiempo que llevo aquí me he adaptado bastante bien, también ayuda el que me guste tanto el sitio, la gente y la rutina que ha tomado mi día a día.

Ya venía bastante avisado y prevenido con el tema tan famoso de que en Ecuador se toma mucho (es verdad), pero una cosa es adaptarse y otra muy diferente es que intenten arrastrarte a destrozarte el hígado. Es a lo único que no puedo acostumbrarme, ni me acostumbraré nunca. No soy capaz de beber a ese ritmo y mucho menos a no disfrutar de un buen whisky tranquilamente. ¿Por qué digo esto?, pues simplemente creo que un whisky se desaprovecha tomándolo a “chupitos” al tirón cuando al tercero ya estás mareado. ¡Que forma de tirar el dinero!
Se que es una costumbre muy arraigada y que yo no soy nadie, ni pretendo serlo, para cambiar nada, pero si me quieres invitar a un whisky por favor me lo pones “cortito”, en un vaso bajo grande y si puede ser con un par de hielos, y lo mas importante, nunca me fuerces a tomármelo rápido, déjame disfrutarlo a mi ritmo y disfrutar del momento. Por supuesto si digo "ya no quiero mas" significa eso mismo, no te empeñes en que siga tomando porque he decidido que ya está bien, ¡respeta!.

A quien me pretenda convencer de que para ser buen ecuatoriano hay que tomar mucho les digo que "yo no tomo y seguramente lo soy y mejor que tu a pesar de ser extranjero”. Tomar no ayuda a ser bueno en nada, y lo digo por propia experiencia.
Me es realmente penoso ver a gente que creía respetable (de cualquier estrato social) haciendo el ridículo con la excusa de que es su cultura, lo siento pero por ahí no paso, cultura jamás será beber hasta no coordinar palabra. Verte borracho hace que pierda mi respeto por ti y lo peor es que te causa gracia como si fuese algo normal, lo que desemboca en el tan habitual problema del alcoholismo con el que tan cercano convivo diariamente. Ya ni hablemos de la irresponsabilidad de encima ponerte a manejar cuando estas tomando... ¡eso es otro tema!.


Una cosa son unas copitas, unas cervezas (siempre con algo de comer, sino se desaprovecha igual que el whisky), coger un puntito alegre que te desinhibe para disfrutar mas y otra muy diferente es esa costumbre de hasta que no se te nuble la vista seguir tomando una botella y otra.
Lo siento hermanos ecuatorianos pero ese cuento no me lo trago.



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Los versátiles Raspados



De las cosas que mas me fascinaron de este país es la cultura de comer helados haga frío o calor, aunque ya expliqué alguna vez que las bendiciones climáticas de este lado del mundo y su eterna primavera me ha acostumbrado a verlo como algo normal, pero para mí nunca ha sido normal, yo me he limitado a comer helados de junio a agosto nada mas, que es la época de calor de mi España querida, mas bien de ¡tremendo calor!.

Y es que por tener la posibilidad de comer durante todo el año hay una variedad infinita de helados naturales, caseros, por supuesto industriales también, dominados por la marcas “Pingüino” y a una mas pequeña escala por “Topsy”. Pero de los que verdaderamente quería hablaros es de los caseros y de uno en particular que me encanta: “El Raspado”

Todavía por algún rincón de Catacocha hay puestecillos en la puerta de las casas particulares con el cartel de se venden raspados y helados caseros, sobre todo en los barrios colindantes al centro, aunque son mas abundantes en las pedanías. Sin duda una buena forma de sacarse un sobresueldo o como principal sustento tan necesitado para familias mega-numerosas que aquí abundan.



El Raspado es tan sencillo como exquisito y muy versátil, pues se hace a tu gusto, no hay un raspado igual.
Hielo raspado (frapé), con un mecanismo que te transporta al siglo XIX, pero efectivo como el que mas, y después viene la creatividad, se riega todo el hielo con las esencias que tu elijas; chicle, menta, vainilla, chocolate, coco, piña, fresa, durazno, miel,  hasta leche condensada y manjar... y todo por 0,25$.

A mí me gusta el de chocolate y menta ó fresa y chocolate, ¿tú de que lo pedirías?

Maquinaria para frapear hielo


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Bocadillos de panela y maní. Tradición dulcera del sur ecuatoriano

Mi primera campaña electoral

¡Que emocionante! Mi primera campaña electoral en otro país.
Ayer en la tarde empezaron las tan habituales caravanas de carros manifestándose por cualquier cosa; apoyando al alcalde, por las fiestas, apoyando al alcalde otra vez, aniversario de la entrada al municipio del alcalde, apoyando al alcalde de nuevo por algún disparate que ha hecho y lo han pillado, en fin…
Pero no, ayer fue una caravana por la campaña electoral para las presidenciales que son para mitad de febrero, concretamente de Alianza País, el movimiento del presidente Correa. Es la primera caravana que se realiza por este motivo, vendrán muchas mas y aquí estaré para ver a la misma gente, los mismos carros, las mismas chivas, pero con diferentes banderas.

¿Cómo? ¿Los mismos?

La respuesta es obvia y creo que no hay ni que explicarla, quitando a unos cuantos “camisetas puras” (que lo son por algún interés personal, nada de ideología, no me cabe la menor duda) la gran mayoría es eso, lo que estabais pensando. Evidentemente esto se puede extrapolar a cualquier lugar, no solo aquí.

Y llegados a este punto yo me pregunto: ¿en la sociedad actual de la comunicación es necesario gastarse ese dinero en mítines, caravanas, camisetas, banderitas, etc?, ¿no será mas fácil una rueda de prensa en la sede del movimiento o partido en la que se graben todas las estupideces, mentiras y promesas que suelen decir, y que las televisiones, diarios e Internet se encarguen de exponerlo viralmente?, de todas formas lo van a hacer, para que hacer ese gasto logístico.

Que las campañas electorales son simplemente marketing todos los sabemos, pero ¿es necesario ese gasto extra en un país donde la mayoría vive con un sueldo de 200 dólares al mes, si llegan?, ¿Qué pensará esa gente?.

Y las últimas preguntas: ¿Realmente sirve para algo? ¿Alguien en su sano juicio cambia su voto o lo decide por una caravana armando bulla o porque te regalen una camiseta?

Sí, ya se que es un argumento muy facilón y habrán miles que dirán que no entiendo de política (ni quiero) y que es todo mucho mas complicado, pero no me digáis que nunca os habéis hecho estas preguntas.






Un paseo en Chiva para oxigenarse




Ya hace demasiado tiempo que no me doy un paseo en Chiva, una especie de autobus abierto con asientos de madera que recorre la mayoría de pueblos que rodean a Catacocha.
La última vez fue cuando vine de visita, hace unos cinco años, y lo recordaré siempre.
Por todo el Valle de Casanga, con niebla y por unos caminos que quitaban el hipo, de maravillosos por la naturaleza y de miedo por los enormes precipicios por donde estos transportes se atreven a circular.

Todos los domingos llegan a primera hora de la mañana al mercado dominical del pueblo, llenos de gentes de Yamana, Lauro Guerrero, Las Cochas, Zapotepamba, El Naranjal, Cangonamá, San Vicente del Río... dispuestos a cargar provisiones para las pequeñas tiendas de estas barriadas del extenso cantón de Paltas. Verlos cargados de gente y el techo lleno de mercadería es un verdadero espectáculo, comprobar como mantienen la estabilidad en esos caminos sin asfaltar es para darle un premio al conductor.


Por sólo unos 60€ se puede convenir un alquiler con el dueño para pasar un día de excursión y van donde tu les digas, conductor incluido. Si hacéis cuentas entre 25 personas que caben se sale a nada.
Recorrer los parajes de toda esta zona en una chiva es para recordar toda tu vida. La fauna, la flora, los encantadores paisajes y si encima podéis hacerlo al atardecer ya es para desmayaros.

A mi me toca pronto, quiero visitar San Antonio, Cangonamá, Lauro Guerrero y si da tiempo repetir en San Vicente del Río. Ya os contaré...


Enrique Males alimenta mi alma



"Enrique Males, amauta del canto, la poesía y la palabra, canta voces ancestrales pletóricas de mensajes amauticos, que desde atrás de la memoria, nos traen enseñanzas siempre nuevas, cargadas de humildad y de ternura propias de quien llegó a la sabiduría.

Ejecuta instrumentos tales como: ocarinas, silbatos, payas, flautas, piedras volcánicas, pífanos, litofonos, zampoñas, tundas, quena, quenacho, cuencos, birimbao, pututos, didjeridu, chacchas, cascabeles cuerdas: guitarron, charango, guitarra, bombos, violín, bandolín y percusión. Es poseedor de una maravillosa voz, cantos, sonidos y silbidos, toda su música son elegías a la naturaleza, agradecimiento a la vida, canto social y de permanente lucha de reivindicación."



Entre tanta tecnocumbia barata, aburrida y con una calidad que deja mucho que desear tan de moda en las emisoras actuales, descubro un oasis de luz musical por medio de Enrique Males, un músico indígena ecuatoriano (Imbabura) autodidacta y con cuarenta y cinco años de carrera recogiendo e investigando ritmos autóctonos andinos.

Y es que ha sido una autentica liberación descubrir músicos que conservan lo autóctono con una dedicación, profesionalidad y calidad envidiable.

La mayoría de vosotros sabéis que soy un apasionado de las músicas tradicionales de cualquier lugar del mundo, aunque no un experto, ¡ya quisiera yo!, por eso encontrar a éste hombre ya me ha despertado la curiosidad y la ansiedad de verlo en cualquier concierto. Obviamente y fiel a mi forma de ser ya quiero saberlo todo de él. Tiene que ser un espectáculo maravilloso verlo en directo y disfrutar de su infinidad de instrumentos andinos y por supuesto de su voz, que ganas… Lo malo de todos estos músicos que conservan el patrimonio cultural es que suelen ser mucho mas apreciados fuera de sus propias fronteras y es raro que por mi zona venga a dar alguna presentación. Esperaremos con paciencia.




Enrique Males es de esa rara estirpe de músicos que prioriza la identidad musical, y que por suerte no cayó en el tópico de la estúpida moda de versionar cualquier éxito mundial con instrumentos andinos, sino que se dedicó a investigar, a recoger las increíbles melodías que aún mantienen todo su vigor en la sierra ecuatoriana. Sólo por eso ya lo admiro.


No es necesario decir que como músicas minoritarias jamás se escuchan en las emisoras locales, a no ser alguna excepción, muy pocas, en mi caso nunca lo he oído en ningun programa radiofónico ni televisivo, sólo por una noticia de un premio que le dieron en Cuba.

Un gran descubrimiento que guardaré como oro en paño.

PDTA. Quiero dejar claro que no critico la tecnocumbia, me gusta como cualquier otro estilo musical (obvio que no el que mas), lo que si critico es la permisividad de las emisoras a la hora de "pinchar" músicas o artistas sin la calidad mínima para ser radiados.



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